Maestros de la fotografía: Garry Winogrand

“I photograph to see what the world looks like in photographs.”

(Fotografío para ver cómo se ve el mundo en fotografías)

Garry Winogrand, americano, nacido en 1928 y muerto en 1984, no puede ser considerado el padre de la fotografía de calle o 'street photography', papel que bien podríamos asignar a Henri Cartier-Bresson, pero a mi es el que más me gusta, por una serie de razones. En primer lugar estaba loco. Loco por tirar fotos con su Leica M4 armada con un 28mm y cargada de Kodak Tri-X forzada a 1200ASA. Tantas fotos disparó, que cuando murió dejó cerca de 400.000 fotos sin ver, entre hojas de contactos que nunca revisó, carretes revelados que no llegaron a la hoja de contactos y esos 2.500 carretes que ni siquiera reveló. En cierto modo me recuerda a esas historias de amor, tipo 'El paciente inglés' en las que los amantes nunca llegan a encontrarse porque una terrible desgracia les ocurrió.

En segundo lugar, era bueno. A pesar de que disparaba a todo bicho viviente que pasara delante de su objetivo, siempre miraba a través del visor, controlaba la escena y nunca recortaba ('cropeaba') una fotografía. Tal y como las vemos es como las tiró. Y eso fascina, porque muchas de sus imágenes tienen una fuerza descomunal. Él lo explica de la siguiente forma: 'Toda fotografía es una batalla entre contenido y forma. Las mejores fotos son aquellas que están a punto de fallar'. ¡Me encanta esta explicación! Pero como mejor lo podemos entender es viendo sus fotos, imágenes que parecen sencillas pero que siempre tienen un punto que las hace interesantes, diferentes, cerca del fallo en esa tensión entre contenido (lo que se fotografía) y forma (cómo se fotografía).

En tercer lugar era tremendamente honesto con lo que hacía. Un aspecto curioso, pero revelador, es que no revelaba sus rollos hasta que hubiera pasado uno o dos años. Lo hacía para desvincularse emocionalmente de las imágenes que obtenía. Entendía que se debía olvidar el momento en que se hizo la foto porque engañaba con respecto a su calidad. Otro aspecto que da cuenta de su honestidad es que toda su vida trabajó como freelance. Usando diferentes becas, o realizando trabajos aquí y allí, siempre vivió como quiso: fotografiando lo que ocurría a su alrededor.

Finalmente, Garry Winogrand me gusta porque viendo sus fotos en conjunto se aprecia un relato espectacular de la sociedad en la que vivió, la América de los años 60 sobre todo y la incorporación de las mujeres desde las casas a las calles. Me ha sorprendido la cantidad de fotos de Winogrand con mujeres como auténticas protagonistas. Comparando con otros maestros como Cartier Bresson o Robert Frank, la fotografía de Garry Winogrand quizás sea peor foto a foto, pero es tremendamente inspiradora y reveladora si se observa en su conjunto. Otros buscan 'la imagen'. Él encuentra 'la vida'.

No contaré más porque aquí está prácticamente todo. Simplemente, unas pocas imágenes más de este genio, maestro de la fotografía de calle aunque a él no le gustara este apelativo. Pensándolo bien, Garry Winogrand era simplemente un fotógrafo. El hecho de que usara la calle como elemento central de su trabajo no implica que debamos considerarlo de forma diferente a todos aquellos fotógrafos que nos inspiraron de una u otra manera.

PS. Os recomiendo ver mi entrada sobre Matt Stuart